El país de la nafta subsidiada, el cepo al dólar y la escasez
Con el ajuste que analiza, el gobierno busca controlar sus tres flancos más débiles.
Tras 15 años de gobierno chavista y con la mayor bonanza petrolera de su historia, Venezuela transita este año con la peor crisis económica del último medio siglo.
Para los extranjeros, es difícil entender las razones de esta paradoja. Pero el problema se torna más comprensible cuando se lo considera desde sus tres flancos más débiles: el precio de los combustibles, el cepo al dólar que no logra detener una inflación galopante y la escasez de productos esenciales. Son estos tres ejes los que tuercen la mano del gobierno del presidente Nicolás Maduro y lo obligan a impulsar un ajuste ortodoxo que contradice el discurso en el que se ha basado el modelo.
Naftas. Cuando Hugo Chávez asumió el poder en 1999, el barril de petróleo estaba a US$10. Pero desde 2006 osciló entre los US$70 y los US$100. El precio de la nafta lleva 25 años sin variaciones, gozando de un subsidio estatal que hoy le cuesta al país –según la petrolera PDVSA– unos U$15.000 millones anuales.
El resultado es casi grotesco: llenar un tanque promedio de 50 litros cuesta unos 3,5 bolívares (unos 0,15 dólares), el equivalente a un café o a un paquete de pastillas. Quitar ese subsidio o atenuarlo altera de inmediato los precios de la economía y también el ánimo popular: el último aumento, en 1989, fue uno de los detonantes del “Caracazo”, la rebelión popular que dejó cientos de muertos.
Cepo al dólar. En Venezuela hay tres tasas oficiales. Un dólar a 6,3 bolívares (para transar
alimentos y medicamentos)
, otro a 10 (para los fabricantes en general) y otro a unos 50 (compra de divisas de particulares). La idea del cepo era contener la fuga de dólares. Pero terminó generando un mercado paralelo (75 bolívares) y una inflación del 60,9% anual, una de las más altas del planeta. En un país que importa casi todo lo que consume, la divisa es vital. El gobierno la da en cuentagotas a la industria, lo que genera una caída constante de la economía.
Desabastecimiento. En su discurso, el gobierno acusa al empresariado de especular con los precios. Y le impuso drásticos controles que acabaron por agudizar la escasez de productos esenciales, como arroz, leche, papel higiénico y hasta medicamentos y perfumes. El nivel oficial del desabastecimiento es estratosférico. Según el Banco Central, faltan uno de cada cuatro productos esenciales. En algunos rubros, la falta se triplica.